Fuente: La voz de Galicia
El ingeniero advierte que en el área de Vigo la exposición es muy elevada, salvo en Salvaterra de Miño y O Rosal
«Aunque el radón no se vea, no se puede mirar hacia otro lado». El ingeniero y técnico experto en protección radiológica, Héctor Rodríguez-Solano, advierte sobre la necesidad de tomar medidas de forma inmediata contra este gas radiactivo antes de lamentarlo a largo plazo, ya que es la exposición continuada durante años la que puede provocar graves riesgos para la salud.
Este madrileño afincado en Nigrán, trabaja en Radon Spain, una empresa ubicada en el polígono de Porto do Molle, y es el único técnico de la provincia autorizado por el Consejo de Seguridad Nuclear para realizar las mediciones de este gas.
Es incoloro, inodoro e insípido, pero cancerígeno si los niveles de concentración son altos, advierte.
Un estudio reciente de la Universidad de Santiago reveló que la mayoría de los habitantes de Galicia están sobreexpuestos al gas radón. Su experiencia de campo en el área de Vigo constata ese trabajo. «Galicia es una comunidad de riesgo y no solo en las casas sino también en los colegios o en los centros de trabajo. En el 50 % de los centros educativos y empresas analizados en la provincia, el resultado es positivo», explica. En el área de Vigo, apunta, «la exposición es muy elevada salvo en los municipios de O Rosal y Salvaterra».
«Lo grave es estar expuesto durante años, de ahí la importancia de atajar el problema a tiempo», indica Rodríguez-Solano. «Aún no estamos sensibilizados con el peligro del radón, nos suena pero no le damos la importancia que tiene. En mi trayectoria me he encontrado con dos tipos de personas, hay quienes aplican aquello de ojos que no ven corazón que no siente, y no hacen nada, pero también los que sabiéndolo lo dejan pasar porque el daño es solo si se está expuesto durante mucho tiempo».
El experto en este gas que se produce a partir de la desintegración del uranio, que está presente de manera natural en suelos y rocas y que penetra en los edificios por cualquier rendija, insiste en la necesidad de protegerse. «En las casas viejas antes se ventilaba mucho, pero ahora cerramos tan herméticamente que el gas queda confinado; es un poco contradictorio el tema del radón con el de la eficiencia energética», apunta.
La buena noticia es que siempre hay solución para proteger los inmuebles. «En las casas de nueva construcción hay que aislar el suelo de la vivienda, con plástico y sellado para la impermeabilización y, si no, se pueden usar forjados sanitarios».
También hay alternativas para asegurar las casas que ya están construidas sin necesidad de grandes obras.
Cualquiera es apto para el bolsillo aunque la prioridad es hacer una medición certificada de los niveles exactos en cada caso.